En setiembre de 1969 me trasladé a Barcelona para iniciar mi trayectoria profesional como docente en centros de enseñanza secundaria. El ambiente del final de la dictadura y la transición a la democracia me ayudó a madurar planteamientos que me había hecho en las Universidades de Zaragoza y Valencia, y a adoptar un compromiso político feminista al que no he renunciado.
En 1971 empecé a trabajar como periodista en Barcelona. Pero en 1973 me despidieron de El Correo Catalán. Ésta y otras circunstancias me obligaron a abandonar la prensa en 1978. Y sólo pude regresar como colaboradora a partir de los años 90, y recientemente como vicedecana del Colegio de Periodistas de Cataluña en representación de la demarcación de les Terres de l'Ebre.
Volví a las aulas universitarias en 1974, como profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona, donde he desarrollado la mayor parte de mi trayectoria profesional como docente e investigadora. Y la Universidad me ha obligado y me ha facilitado reflexionar e investigar sobre el papel de los medios de comunicación en una sociedad democrática, la cultura de masas y la sociedad de la información, temas que he incorporado a la renovación de la docencia.
En esta tarea ha resultado fundamental la crítica al orden androcéntrico del discurso académico que formulé en mi Tesis Doctoral (1988, La otra Política de Aristóteles, Icaria, Barcelona), y en otras investigaciones sobre el discurso histórico (1986, El Arquetipo Viril protagonista de la Historia, LaSal, Barcelona) y los medios de comunicación (1998, La mirada informativa, Bosch, Barcelona). De esta critica se derivan los nuevos paradigmas (1992, Pensar la Historia a ras de piel, Barcelona, Ediciones de la Tempestad) que han orientado unas propuestas no-androcéntricas en las que he trabajado desde entonces (1999, Cap a una història de la comunicació des de Catalunya, ex-céntrica, plural i interactiva, Servei de Publicacions de la UAB), que concuerdan hoy con la necesidad de construir nuevas explicaciones plurales, horizontales y en red, de forma cooperativa (2007, De qué hablamos cuando hablamos del hombre. Treinta años de crítica y alternativas al pensamiento androcéntrico, Icaria, Barcelona).
Esta experiencia me hace pensar que las aportaciones de las mujeres han de ir más allá de los estudios de "género": resulta imprescindible de-construir el pensamiento androcéntrico para renovar una Universidad anquilosada, para formular un humanismo plural de forma cooperativa (http://dev-oaid.uab.es/passeig), y para explorar las posibilidades que ofrecen las tecnologías digitales e Internet para un periodismo que facilite la participación ciudadana para implantar una sociedad más justa (http://www.infoparticipa.es/).